La iglesia y la astronomia.

 LA IGLESIA Y LA ASTRONOMIA.






 INTRODUCCIÓN.

En este ensayo se busca fundamentar conceptos relacionado con las estrellas y el conjunto que estas forman, denominado cúmulo. De esta forma, existe una gran cantidad de cúmulos presentes en todo el universo, los cuales han sido estudiados por diversos científicos con el fin de conocer y comprender cómo nacen, viven y mueren las estrellas; del mismo modo se llegaría a comprender cómo funciona el universo, que tan amplio es, e incluso hace cuantos años se formó. Las estrellas de los cúmulos están cercanas unas de las otras, y se rigen por  la ley del cuadrado inverso: entre más lejos se esté una estrella de la otra, disminuye de forma inversamente proporcional al cuadrado de la distancia.  Desde la tierra no se puede visualizar la totalidad de estas, puesto que presentan variedad de características que influyen a la hora de ser apreciadas por el ojo humano, como por ejemplo luminosidad, tamaño y distancia; Aun así, gracias a los avances tecnológicos de la actualidad, se conocen muchos cúmulos de estrellas bastante importantes que marcaron la diferencia respecto al conocimiento del universo. 


CONFLICTOS ENTRE LA IGLESIA Y LA ASTRONOMÍA RESPECTO A LA PLURALIDAD DE LOS MUNDOS.

A lo largo del siglo XVII se consolidó la tesis de la pluralidad de los mundos, teniendo en cuenta que existieron varios aspectos científicos sumamente importantes que contribuyeron a la generación de dicha teoría. Por este motivo el telescopio fue un implemento muy utilizado por los científicos y astrónomos de aquella época. La observación de los cielos con el telescopio permitió comprender a los astrónomos la composición y el origen del universo y los planetas, de esta forma surgieron diversas teorías que buscaban sustentar lo desconocido de los astros; algunas de estas teorías se basaron en la religión, otras eran meramente científicas y otras contenían de ambas.


Según Bentley el mundo se originó a partir de un ser inteligente capaz de crear tanto este como otros planetas, este ser es Dios. Esta teoría es una contradicción de otras teorías que implementan hechos o investigaciones únicamente científicas, como por ejemplo la teoría atomista la cual plantea que las partículas siempre han existido y siempre existirán siendo eternas y tendrían la capacidad de crear los cielos la tierra e incluso todo lo que se encuentra por fuera de este planeta. Aun así, esta teoría tuvo que ser descartada ya que no respondía de manera rigurosa las cuestiones científicas como por ejemplo la ley de la gravitación universal de Newton, descartando el hecho de que los átomos se mueven por el espacio libremente sin obedecer ciertas fuerzas o campos. A partir de este punto la teoría atomista fue descartada y la ley de gravitación universal tomó fuerza.  

La teoría atomista y de gravitación eran teorías que se oponían a la religión, por este motivo para los religiosos eran teorías ateístas. La teoría popular aceptada por muchos acerca de la creación del universo realizada por Dios estaba siendo borrada y ponía en duda la creencia de muchos siendo un gran problema para la iglesia; las teorías atomistas y de la gravitación apartaban la idea de que Dios actuó directamente en el origen de este planeta como de lo que se pueda encontrar por fuera de este. A lo largo de este siglo se siguieron contemplando otras teorías destacadas con las cuales los astrónomos comprendieron el alcance del universo, generando una nueva visión respecto a Dios y respecto al mundo ya que el pueblo se empezó a cuestionar qué tan diminuto es el hombre y su importancia respecto a los habitantes de otros planetas.

Dentro de las nuevas teorías contempladas se encontraba la de Copérnico, más conocida como teoría Heliocéntrica la cual describe que la tierra y los demás planetas se mueven alrededor del Sol y que este es centro del universo. Esta teoría generó un cambio en el mundo llamada giro copernicano, en este punto la población tendría que elegir entre su fe y el mundo físico estudiado por los científicos; cabe aclarar el hecho de que los científicos no pretendían separar la religión de los sucesos que habían descubierto, más bien eran conscientes de que sus descubrimientos generaban una nueva perspectiva del mundo.

A finales del siglo XVII las teorías expuestas por los científicos respecto a la pluralidad de los mundos se veían pérdidas y sobre todo era inevitable que ocuparan un lugar significativo y aceptado por la religión. Al mismo tiempo los científicos tenían miedo de ser juzgados y posteriormente ejecutados por dar a conocer sus descubrimientos; esta inseguridad surgió desde que Giordano Bruno fue ejecutado y Galileo fue condenado. Lo único que les quedaba por hacer era acatar la propuesta del cardenal Bellarmino realizada a Galileo, esta decía que él debía abandonar por completo la opinión de que el sol es el centro del universo y que la tierra gira alrededor de este, es decir no podía defender esta teoría ya sea oral o escrita, de lo contrario la Iglesia actuaría en contra de él incluso podrían ejecutarlo. De esta manera los científicos podrían seguir trabajando en otros temas y exponerlos sin atentar contra su vida.

GALILEO Y LA IGLESIA.

Es cierto que había una controversia relativa a la interpretación de las Escrituras. Los teólogos más conservadores insistieron en el tenor literal de algunos pasajes de la Biblia de los que se desprendía que la Tierra no se movía. El episodio de Josué cuando ordena al Sol detenerse- es el más citado al respecto. Y Galileo, por su parte, pensaba que las Escrituras no podían considerarse como un libro de Astronomía. Sostenía que habían sido redactadas de manera que fueran coherentes con la experiencia cotidiana de la gente, con independencia de cuál fuera la naturaleza real de los fenómenos o hechos a los que se refería. Y también sugería que había que conceder un papel más importante a la Ciencia a la hora de interpretar los textos sagrados, y esta pretensión chocaba frontalmente con sus oponentes más conservadores.

Pero los problemas no se limitaban a la cuestión de la interpretación de las Escrituras. A la Iglesia no le resultaba fácil aceptar una cosmovisión que chocaba con la que había asumido como verdadera, la aristotélica, según la cual la Tierra se encontraba en el centro del Universo y los cielos la rodeaban en perfecto orden. Si la Tierra no era sino un planeta que gira alrededor del Sol, la imagen de la humanidad como el centro de la creación divina se venía abajo. La cosmovisión copernicana abría la puerta a la posible existencia de otros planetas habitados, quizás por seres racionales de cuyas almas y relaciones con Dios nada se sabía. Y esa era una posibilidad que resultaba ciertamente inquietante.

El 21 de diciembre de 1613 fue hallada una carta de siete páginas firmada por Galileo Galilei. En esta, Galileo asegura que como en la Biblia hay pocas referencias de la astronomía, estas no deben ser tomadas al pie de la letra porque, además, estaban simplificadas para que la gente las entendiera. Y lo que es más importante: Galileo asegura que la teoría heliocéntrica formulada por Copérnico 70 años antes no era incompatible con la Biblia.

Los descubrimientos de Galileo fueron conocidos con oposición dentro de la Iglesia Católica, y en 1616 la Inquisición declaró el heliocentrismo de ser "formalmente heretical." Los libros heliocéntricos estuvieron prohibidos y Galileo fue condenado a abstenerse de enseñar o defender ideas heliocéntricas. Así mismo Galileo fue condenado el 22 de junio de 1633, por un tribunal de la Inquisición a 'formalem carcerem' una especie de reclusión domiciliaria, pero varios jueces se negaron a suscribir la sentencia, y el Papa de entonces no la firmó. Galileo pudo seguir dedicado a su ciencia y murió el 8 de enero de 1642 en su casa de Arcetri, cerca de Florencia, a los 77 años.


El caso Galileo y la Iglesia [1]


COPÉRNICO Y LA IGLESIA CATÓLICA. 

Cuando el último y principal libro de Copérnico (1473-1543), De Revolutionibus Orbium Coelestium (Sobre el movimiento de las esferas celestiales) fue condenado al oscurantismo, habían pasado 73 años de la muerte del astrónomo. “Necia y absurda en el aspecto filosófico” y también “herética” por contradecir “las máximas de la Sagrada Escritura” fue como calificó la Santa Inquisición la trascendental tesis que afirmaba que el Sol era el centro del universo y que se trataba de un astro inmóvil exteriormente.

De su segunda tesis, en la que sostenía que la Tierra no es el centro del universo ni es inmóvil, el Santo Oficio determinó que era errónea en las cuestiones de fe y que debía ser censurada. Era 1616 cuando se consumó uno de los episodios más penosos de intolerancia clerical. El 5 de marzo de hace 400 años aparecía publicado el decreto en el que la obra de Copérnico se anexaba como prohibida al Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum hasta que fuera “corregida” y se prohibía a otro astrónomo, Galileo (1564-1642), “sostener” y “defender” la teoría heliocéntrica del polaco.

Copérnico no sólo estaba ofreciendo una nueva forma de entender el universo sino que contradecía la idea del hombre y de Dios que la Iglesia había defendido por más de mil años. Es más, la trascendencia de sus observaciones, afirma  Tonatiuh Matos Chassin, investigador del Centro de investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, “no sólo cambió la concepción del universo; nos cambió totalmente la manera de vivir”.

[2]


KEPLER, TYCHO Y LA IGLESIA CATÓLICA.

El título a la unión más extraña de científicos si ninguna duda se la lleva Tycho Brahe y Johannes Kepler, esta unión tuvo lugar en los años 1600 en ayuda de la corte del emperador Rodolfo II en la ciudad de Praga. Todo comenzó con lo hipocondríaco y arruinado que era el crédulo de Rodolfo para pagar muy bien sus cuartos a todos aquel que le diera esperanzas de curarse o enriquecerse, ya fuese en sus correctas interpretaciones de los astros o entes celestiales o por el hallazgo de la la piedra filosofal o la esquina de la misma.


Tycho Brahe era un científico con mucho terreno en ambos campos de investigación contaba con un conocimiento amplio de ambos temas, este profeta de la astronomía fue un personaje excesivamente listo tanto que a los 17 años pasó por las mejores universidades de Europa de la época, decidió cartografiar toda la bóveda celeste desde cero porque no le salían los números. El maestro era un hombre que le gustaba emborracharse con cerveza junto a su mascota en esta tarea, un descomunal alce. Astronomía y astrología eran casi la misma cosa por aquellos años, así que la una llevaba a la otra. En ciertos momentos, Tycho, interpelando por un noble acerca de las diferentes interpretaciones astrales o de entes celestiales observados y ofrecidos por distintos profesionales del gremio, replicó con astucia que las posiciones de los cuerpos celestes estaba tan mal calculadas que era imposible predecir el futuro con precisión, “así que no solo no le devolvió el dinero para continuar con su  su ingente trabajo de medir los cielos” [8]. 

Tycho Brahe en un óleo sobre tela de 1596 [3]



A su vez se vienen complementando las ideas de kepler que años después se unieron con las de Tychon pero antes de su unión kepler tuvo que pasar por muchas etapas que comienzan primero por si infancia, Kepler nació en el pequeño pueblo de Weil der Stadt en Suabia y después se mudó a las cercanías de Leonberg con sus padres en 1576. Su padre fue soldado mercenario y su madre era hija de un posadero. Johannes fue el primero de sus hijos. Su padre abandonó el hogar por última vez cuando Johannes tenía cinco años, y se cree que falleció en la guerra contra Holanda. Durante su infancia, Kepler vivió con su madre en la posada de su abuelo. Nos cuenta que acostumbraba ayudar sirviendo en la posada. Se puede uno imaginar a los clientes divertidos por la gran habilidad del niño para la aritmética. La educación temprana la recibió Kepler en una escuela local, y luego en un seminario cercano, del cual, con la intención de ordenarse sacerdote, decidió enrolarse en la Universidad de Tübingen, entonces (como ahora) un bastión de ortodoxia luterana. 


Después de estudiar teología en la universidad de Tubinga, incluyendo astronomía con Michael Maestril, seguidor de Copérnico, enseñó en el seminario protestante de Graz. Kepler intentó comprender las leyes del movimiento planetario durante la mayor parte de su vida. En un principio Kepler consideró que el movimiento de los planetas debía cumplir las leyes pitagóricas de la armonía. Esta teoría es conocida como la música o la armonía de las esferas celestes. En su visión cosmológica no era casualidad que el número de planetas conocidos en su época fuera uno más que el número de poliedros perfectos. Siendo un firme partidario del modelo copernicano, intentó demostrar que las distancias de los planetas al Sol venían dadas por esferas en el interior de poliedros perfectos, anidadas sucesivamente unas en el interior de otras. En la esfera interior estaba Mercurio mientras que los otros cinco planetas (Venus, Tierra, Marte, Júpiter y Saturno) estarían situados en el interior de los cinco sólidos platónicos correspondientes también a los cinco elementos clásicos

  

Astrónomo y filósofo alemán [4]


durante sus interminables años de modesto profesor de matemáticas en Graz, confecciona un calendario en el que podemos ver un precursor del famoso Calendario Zaragozano para sumar algo a sus magros ingresos. En 1595 aventuró un invierno muy frío, una sublevación campesina y un ataque de los turcos por el Sur. Aquí sí acertó en todo y eso le hizo muy popular. No eran predicciones muy arriesgadas, ya que Kepler y más aún su mentor Tycho anotaba todos los cambios meteorológicos. Y tanto campesinos como turcos estaban amordazados y se lo pusieron fácil. Pero también Kepler escribiría al respecto: "Si en ocasiones los astrólogos aciertan, eso se debe sólo a la suerte". ¿Y por qué seguimos hablando hoy en día con términos de astrología? Tal vez sea por una tradición atávica inexplicable. Nos hemos empeñado en etiquetarnos según doce bellos asterismos, conjuntos de estrellas que no parecen tener interés alguno en nuestras prosaicas aventuras y desventuras. Y en salud, trabajo, dinero y amor, los astrólogos de hoy aciertan casi lo mismo que el FMI y el gobierno juntos. 

Monumento a Tycho Brahe y Johannes 

Kepler en Praga (República Checa) [5]

GIORDANO BRUNO Y LA IGLESIA.

Abandonó París en 1583 para trasladarse a Inglaterra. En tan solo un año escribió dos de sus obras más importantes: La cena de las cenizas y Del universo infinito y los mundos. El escándalo se cierne sobre él nuevamente. En la primera pieza, aparte de atacar a los doctos de Oxford (los acusó de saber más de cerveza que de griego), defendía que la Tierra no era el centro del sistema solar, como Copérnico años atrás.

En la segunda, argumentaba que el universo es infinito, que está poblado por un sinfín de mundos donde viven seres vivos e inteligentes. Y no solo eso: añadía que la misión del hombre es adorar este infinito cuya alma es Dios, presente en todas las cosas. Bruno, ingenuamente, creía que sus ideas eran el complemento ideal para la religión cristiana y que iban a ser asimiladas tanto por católicos como por protestantes. Pensaba haber encontrado la panacea que conciliara las religiones que estaban dividiendo Europa.

Bruno se veía abocado a reemprender su viaje. La vida errante ya no le abandonaría jamás. En 1581 llegó a París precedido por su reputación de persona culta y de fácil palabra. Había escrito un tratado acerca de la memoria que le otorgó fama de mago y que interesó al mismísimo rey Enrique III. Fue invitado a la corte, y para decepción de los supersticiosos demostró que su sorprendente capacidad memorística no se debía a la magia, sino al conocimiento organizado.

Sin embargo, para su desgracia, las creencias del momento apuntaban hacia otro lado. Los protestantes no admitían sus ideas. Los católicos lo consideraban directamente herético. Era inconcebible que la Tierra no fuera el centro del universo. Y era aún menos aceptable, tal como sostenía Bruno, que Dios formara parte del universo. Según la Iglesia de Roma, Dios estaba por encima de todas las cosas.

Pudo haber negado todo aquello en lo que creía y salvar su vida, pero no lo hizo: prefirió ser fiel a sus principios y esperar una sentencia favorable. Después de pasar ocho años encarcelado, el papa Clemente VIII le condenó a perecer en la hoguera el 17 de febrero de 1600. Antes de morir, sin embargo, tuvo tiempo de desafiar al tribunal inquisidor: “Tal vez dicte contra mí una sentencia con mayor temor del que tengo yo al recibirla”.

Giordano Bruno forma parte de la lista negra de hombres de ciencia o filosofía que, a lo largo de la historia, han sido juzgados o sus escritos han sido prohibidos por criticar los dogmas de alguna confesión. Otros que hacen parte de esta lista son Galileo Galilei, Charles Darwin y entre otros actores importantes que impusieron sus ideales por encima de la fe y pagaron el precio por ello en esa época.

Giordano Bruno Un hombre de visión y coraje [6]

DARWINISMO Y CREACIONISMO.

Charles Robert Darwin supo desde el principio que su Teoría de la Evolución iba a caer como una irreverente bomba sobre los dogmas establecidos de la fe cristiana. No es de extrañar, por lo tanto, que se pasara más de dos décadas dándole vueltas a lo que el filósofo Daniel Dennett bautizó como su «peligrosa idea», hasta que finalmente se atrevió a publicar 'El Origen de las Especies'. Poco antes de que esta osada obra viera la luz, en una carta que escribió a su amigo Joseph Hooker, Darwin confesó que se sentía «como un hombre a punto de confesar un crimen». No era para menos. En la Inglaterra victoriana del siglo XIX, la idea de que todas las especies vivas incluyendo el ser humano no habían sido engendradas de un día para otro por la mano de Dios, sino que habían evolucionado durante millones de años mediante un proceso de selección natural, suponía una insolente blasfemia. Caricatura de Darwin [8]

Como era de esperar, la publicación de 'El Origen de las Especies' en 1859 desató un escándalo descomunal en la sociedad británica, y Darwin tuvo que sufrir la humillación de ver su inconfundible rostro barbudo caricaturizado sobre el cuerpo de un mono. Al mismo tiempo, las autoridades eclesiásticas de la Iglesia Anglicana denunciaron que la Teoría de la Evolución constituía la visión más degradante del ser humano jamás concebida, y alguno incluso llegó a compararle con la serpiente del Jardín del Edén, por intentar pervertir a la sociedad británica con sus «ideas perversas».

A Darwin toda esta polémica no debió sorprenderle demasiado, ya que conocía de primera mano, dentro de su propio hogar, los conflictos religiosos que podían provocar sus teorías. Lo que sin duda le hubiera chocado mucho más es descubrir que 150 años después, las llamas de esta controversia todavía no se han apagado en el mundo del siglo XXI.

Uno de las publicaciones más importantes que tuvo charles Darwin fue el “origen de las especies” y aunque este no es el primer libro que toca este tema que divide opiniones de las personas es uno de los libros más influyentes porque fue considerado como uno de los máximos pensadores en ese tiempo. El Origen de las Especies fue escrito para un público especializado: en su texto se citan 192 autores en los diferentes capítulos con sus descripciones de material biológico, descubrimientos, afirmaciones, opiniones; además, 34 autores en el análisis bibliográfico histórico (21 de ellos no citados en los capítulos) en el 


Bosquejo Histórico Sobre el Progreso de las Opiniones Sobre el Origen de las Especies Antes de la Publicación de la Primera Edición de esta Obra. En suma, Darwin se basó en una numerosa bibliografía. Y, para facilitar la lectura del texto, solicitó al entomólogo y traductor inglés William Sweetland Dallas (1824-1890) que confeccionara un Glosario que fue incorporado desde la primera edición de la obra.          Cuestionando el darwinismo[9]

  Charles Robert Darwin fue el sabio naturalista inglés creador de la teoría de la evolución. Tras un viaje de cinco años a través de América del Sur, sus descubrimientos y sus agudas observaciones cristalizaron en el conocimiento de que los seres vivos, e incluso la misma Tierra, evolucionaron a través de millones de años para adaptarse a las condiciones de vida cambiantes, desde el clima a las condiciones alimenticias o reproductivas, sobreviviendo sólo aquellos individuos con más capacidad de adaptación. Se trataba de lo que se llamó la selección natural. Y este proceso era también aplicable a la evolución de los seres humanos, con un tronco común en los primates. Cuestionando el darwinismo[9]

En la primera edición de El origen de las especies Darwin explica cómo las diferentes especies de seres vivos se han originado mediante la actuación de la selección natural, a partir de un ancestro común a todos ellos. Y por ende, también se posicionó claramente en contra de la posibilidad de que las especies se hayan creado de forma independiente. Esto fue motivo de enormes críticas por parte de diferentes sectores religiosos por cuanto elimina la idea de la actuación de un creador en tal proceso. La polémica se centraba en que en la frase final resumen de la obra no incluyó a dicho creador por ningún lado y En la segunda edición de 1860 -pasados tan sólo unos pocos meses de la primera- Darwin inserta dos retoques con respecto a la religión. En primer  lugar,  incluye en la anterior frase la mención al creador, algo que se mantendría en las siguientes ediciones, lo que se puede interpretar como un intento de calmar los ánimos.Y sobre todo, en las últimas páginas inserta unas frases en las que defiende que “no ve razón válida para que su teoría ofenda los sentimientos religiosos de nadie” lo que empeoró las críticas de las personas.

A pesar de ello, los llamados ‘Creacionistas’ ven este tema de forma distinta. Ellos toman el relato de la Creación del Antiguo Testamento al pie de la letra: tras crear la Tierra, hacer brotar la hierba y dejar volar los pájaros, Dios culminó su obra con la creación del hombre a su imagen y semejanza. Así pensaba casi todo el mundo antes de la llegada de la edad moderna.

El Creacionismo, una corriente formada principalmente por cristianos evangélicos, se desarrolló en los Estados Unidos a principios del siglo XX. En 2005 convencieron al entonces presidente George W. Bush de que la teoría del Intelligent Design (‘diseño inteligente’) debía ser enseñada al mismo nivel que la Teoría de la Evolución en la clase de Biología. Intelligent Design es la tesis creacionista, según la cual la vida surgió de un ser inteligente y originario.

hoy en día aún existen las diferencias entre los científicos y los teólogos están en los que creen que el mundo fue una evolución y que los seres humanos somos descendientes de los primates sin embargo también están en los que creen que fue Dios quien creó al mundo y a nosotros a su imagen y semejanza como lo menciona en el libro Génesis de la Biblia.

Caricatura de 1874 | Foto: Mary Evans Picture Library  [7]





BIBLIOGRAFÍA. 

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  1. Gottlieb, A. (2018, 24 mayo). Copérnico y la iglesia católica. El viejo topo. https://www.elviejotopo.com/topoexpress/copernico-y-la-iglesia-catolica/


  1. Galileo vs. Iglesia Católica. (2013, 8 octubre). EXPERIENCIA DOCET. https://culturacientifica.com/2015/07/29/galileo-iii-el-conflicto-con-la-iglesia/


  1. Sánchez, L. (2016, 5 marzo). Nicolás Copérnico contradijo a Dios. Excelsior. https://www.excelsior.com.mx/expresiones/2016/03/05/1078929


  1. Giordano Bruno y las ideas que lo llevaron a la hoguera. (2020, 17 febrero). La vanguardia. https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-moderna/20200217/473525500692/giordano-bruno-hereje-contrarreforma-hoguera-darwin-miguel-servet-enciclopedia-galileo.html


  1. Jáuregui, P. (s. f.). Darwin vs Dios. elmundo.es. Recuperado 11 de marzo de 2021, de https://www.elmundo.es/especiales/2009/02/ciencia/darwin/seccion4/seccion41.htm

  2. Los conflictos entre la religión y la ciencia ante la pluralidad de los mundos. (todavía no publicado). Universidad del País Vasco.

  3. Álvarez, E. J. (2015, 20 agosto). El ‘pecado’ astrológico de Kepler y Brahe. EL PAÍS. https://cutt.ly/dzYxfZz

  4. El origen de las especies: Las rectificaciones de Darwin. (2019, 24 junio). openMind. https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/el-origen-de-las-especies-las-rectificaciones-de-darwin/

  5. CUANDO CHARLES DARWIN PUBLICÓ EL ORIGEN DE LAS ESPECIES (1859). (s. f.). Scielo. Recuperado 9 de abril de 2021, de https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-686X2009000200006

  6. La biblia contra Darwin. (2009, 11 febrero). made for minds. https://www.dw.com/es/la-biblia-contra-darwin-iglesia-y-evoluci%C3%B3n/a-4012983

  7. Álvarez, E. J. (2015b, agosto 20). El ‘pecado’ astrológico de Kepler y Brahe. EL PAÍS. https://elpais.com/elpais/2015/08/19/ciencia/1439979599_656655.html

IMÁGENES:


  1. El caso Galileo y la Iglesia. (s. f.). [Imagen]. El caso Galileo, la iglesia católica, ¿Enemiga de la ciencia? https://www.catolicodefiendetufe.org/2018/07/el-caso-galileo-la-iglesia-catolica.html


  2. Tycho Brahe. (s. f.). [Cuadro]. ARTS COUNCIL ENGLAND. https://www.artuk.org/discover/artworks/tycho-brahe-15461601-186129

  3. Johannes Kepler. (2019, julio 4). EcuRed, . Consultado el 01:40, abril 10, 2021 en https://www.ecured.cu/index.php?title=Johannes Kepler oldid=3439826.

  4. Monumento a Tycho Brahe y Johannes Kepler en Praga (República Checa). (2015, 25 junio). [Fotografia]. EL PAIS.   https://elpais.com/elpais/2015/08/19/ciencia/1439979599_656655.html

  5. GIORDANO BRUNO, FILÓSOFO Y CIENTíFICO, QUEMADO EN LA HOGUERA HACE 400 AÑOS. (s. f.). [Cuadro]. GIORDANO BRUNO. https://www.nodo50.org/ciencia_popular/articulos/Bruno.htm

  6. Darwin vs Dios. (s. f.). [Ilustración]. The London sketch book https://www.elmundo.es/especiales/2009/02/ciencia/darwin/seccion4/seccion41.html

  7. [Ilustración]. (2007, 22 agosto). Historia universal. http://logoshistoriauniversal.blogspot.com/2007/08/caricatura-de-darwin.html

  8. [Fotografía]. (2016, 20 septiembre). enric corbera institute. https://www.enriccorberainstitute.com/blog/cuestionando-darwinismo